BMW ha demostrado ser una marca capaz de lo mejor. Ha envejecido muy bien, habiendo hoy en muchos tramos modelos de viejas épocas dando guerra a vehículos más modernos. Sin embargo es innegable que cualquier tiempo pasado fue mejor. Al menos para los alemanes. Sus máquinas ocupaban campeonatos nacionales y continentales.
Nueve de mayo de 1987. Ocurría el milagro. Bernard Béguin, ex-piloto de Porsche, ganaba el Tour de Corse copilotado por Jean-Jacques Lenne. La pareja de locales batía a los Lancia Delta – tracción total – de Yves Loubet y de Miki Biasion. Aquel BMW M3 era aún un neonato: había sido construido poco tiempo atrás y apenas contaba con kilómetros de rodaje. La victoria vino tras un inesperado pinchazo de Yves Loubet en la décima especial, que ayudaba a Béguin a ascender al liderato y a defenderlo hasta la meta.
Aquella gesta de Béguin demostró que los trasera aún podían pelear con los tracción total. Patrick Snijers fue otro gran exponente de la marca, logrando ser subcampeón de Europa en 1988, sólo un año después, con el mismo modelo. John Bosch siguió con la época dulce del BMW M3 en el campeonato continental siendo cuarto en 1990 y 1991 y logrando, además, ser subcampeón en el Rally de Bohemia, en el Rally Barum y en el Holland Hellendoorn Rally del segundo año. En España uno de los grandes exponentes de la marca y del modelo fue Josep Bassas, campeón nacional en 1989 y subcampeón en 1988, 1990 y 1991. También lo fue José María Ponce, campeón en el 91.
[spvideo]https://www.youtube.com/watch?v=EezCFr2c1QU[/spvideo]