El cántabro Carlos Del Barrio ha anunciado a través de sus redes que se retira de manera profesional como copiloto de rallyes.
Tras más de 50 pilotos y casi 400 rallyes a sus espaldas, con 58 victorias y varios títulos, como el de tres veces campeón de España, uno de los mayores representantes de los rallyes en la historia de nuestro país, ha decidido colgar el casco.
A continuación os dejamos con el comunicado emitido por Del Barrio:
«Hoy es el día de comunicaros mi adiós a mi profesión, a mi deporte, a los recuerdos más bonitos de mi vida. A mediados de 2022 en una comida con mis familiares más cercanos les hice ver mi decisión de no asumir ya ningún programa internacional a partir de 2023. Paradójicamente comencé 2023 yendo al extranjero, junto a Oscar Garre como copiloto Ouvreur de Dani y Cándido en Montecarlo. En cualquier caso ya no quería ni me apetecía hacer las maletas para estar muchos días fuera de casa.
En 1991 o 92 te tirabas 14 días de hotel en hotel para correr un Rally como el Cajalicante, o el Valeo. Correr el Rally de Australia en 1996 suponía largarte de Santander el 31 de Agosto y volver el 22 de Septiembre.
Tenía decidido desde hace año y medio sólo hacer cosas a nivel nacional.
En su día la pandemia a mucha gente le hizo cambiar de mentalidad; a mí no, para nada, volví de la pandemia con ánimos renovados; hicimos Dani y yo 2 rallys del tirón en Italia, 14 días allí (Ciudad de Roma y Alba); saber que íbamos a tener esos compromisos en verano me hizo aprender italiano a un nivel bastante correcto; lo mismo que a Chus Puras le agradeceré toda mi vida que me metiese el veneno de ponerme físicamente a punto y el obligarme en 1994 a aprender francés a raíz de correr en Córcega. Paralelamente en los tiempos de la pandemia también le saqué el jugo a ser un miembro de Protección Civil; conocí gente maravillosa, y experimenté otras formas de vivir. Luego llegó la segunda victoria en Cerdeña, precedida 24 horas antes del fallecimiento de Laura en Portugal.

Este actual 2023 me sirvió para conocer y correr con otros 2 pilotos (50 y pico ya en mi lista). Tras cancelarse ambos programas, tomé la decisión de dejar definitivamente las carreras. Al día siguiente (de esto ya hace 15 días), un buen piloto me hizo la oferta de correr el Rally de Polonia, del Campeonato de Europa; y dije no. Ha sido la primera vez en 36 años que no me da pena no acudir a un rally. Todo lo que soy y lo que he vivido, sobre todo lo que he vivido, y todo el cava descorcado se lo debo a los rallys. No hay sensación más bonita que ganar una carrera.
No me refiero a ganar la categoría, o ganar la clase 3 o la 4, no, no. Ganar de verdad. Yo, gracias a mis pilotos, a mis mecánicos, a todos los miembros de mis equipos y a las marcas en las que he estado, lo he hecho 58 veces. Tres de esas ocasiones han sido incluso carreras del Mundial de Rallys. Y encima, después de los 6 primeros años ganándome la vida, unas veces muy bien y otras menos o más justito, pero siempre cobrando por correr. Así ha sido hasta el final.
Pero también doy mucha importancia a las victorias en pruebas del Campeonato de España (la primera, en el Rally de Avilés 1995 junto a Chus Puras). Ganar 58 carreras quiere decir que hay unos 330 rallys que he preparado con todo el cariño, con la mayor de las ilusiones, en los que no he conseguido la victoria. Quizá he subido al pódium, como segundo o como tercero, pero ya no es lo mismo.
Como dato diré que he quedado 50 veces entre los diez primeros clasificados en carreras del WRC, 30 de ellas entre los 5 primeros. Dentro de esas 330 “no victorias”, se incluyen accidentes por culpa del coche, del piloto, de un mecánico, errores garrafales míos (Alemania 2006 y Argentina 2013), se incluyen abandonos por roturas mecánicas, alguna exclusión por parte d los comisarios (Rally de Llanes 1991); se incluyen tantas y tantas cosas como la casuística que una actividad como esta puede conllevar.
Lo que quiero significar con esto es que el deporte te enseña a saber comportarte cuando ganas (los que hemos tenido ese privilegio), pero lo más importante es que te enseña a encajar los reveses, las derrotas y contratiempos. Ahora comienzo otra vida, y espero que me siga yendo igual de bonito que hasta ahora.
Muchísimas gracias a todos los amigos, rivales, pilotos, copilotos, organizadores, cronometradores, periodistas, federativos, aficionados; a mi madre Pilar, mis hermanos Luis y Cristina, a mis ex novias y sobre todo a mi novia Paz, principal motor de mi vida. Un saludo muy especial a todos los vecinos y amigos de Santander y a los actuales del Valle de Carriedo: Selaya, Pisueña, Tezanos, Bárcena, Abionzo, Vega, Santibáñez y mi querido Villacarriedo. Brindo por tod@s l@s que me habéis acompañado estos 36 años.»
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