La llegada de Mini al WRC ha sido todo un revulsivo y un soplo de aire fresco para un certamen que necesitaba como agua de mayo dejar atrás la bipolaridad Ford-Citroën (o Citroën-Ford, tanto monta, monta tanto) de los últimos años y que entrasen en escena nuevos fabricantes.
Desde Prodrive, empresa encargada de la preparación de los Mini Countryman WRC, dicen que están trabajando en la dirección correcta, y se muestran muy contentos con los resultados que van obteniendo a lo largo del proceso de desarrollo del coche. Tan es así que David Lapworth, ingeniero de la empresa que dirige David Richards y rostro conocido durante la andadura de Subaru en el Mundial, ha dicho que en 2012 quieren luchar por el campeonato.
La próxima temporada correrán únicamente seis pruebas con el objetivo de elevar al máximo el rendimiento del coche. Su mirada está puesta a dos años vista, cuando esperan que Mini pueda estar batallando por ganar el Mundial de Rallyes con todas las de la ley.
Fuente: revistascratch.com