Arrancó de nuevo la actividad en el certamen francés de asfalto con la disputa de la septuagésimo segunda edición del Rallye Mont-Blanc Morzine en la que Yoann Bonato y Benjamin Boulloud con el Citroën C3 R5.
El bicampeón francés de asfalto se volvió a llevar la victoria en una prueba en la que ser el más regular acabó siendo fundamental para llevarse la victoria para casa en la que la sorpresa sin lugar a dudas fue el rendimiento del Alpine A110 R-GT en manos de Emmanuel Guigou y Laurent Pellier. Ambos pilotos con sus respectivas monturas dieron sustos a los cocos de los R5 y el que logró un mejor resultado fue el experimentado Guigou.
Con más de dos décadas en activo, Guigou inclusó marcó el scratch en el primer tramo con el coche recién homologado. No conforme con ello, en la segunda etapa volvió a anotarse dos scratch más que le sirvieron para mantener la última plaza del pódium y demostrar el potencial del coche en una prueba tan técnica con el Mont-Blanc y quedándose a únicamente 43 segundos de Bonato y su C3 R5.
Entre medias, Quentin Gilbert y Christopher Guieu se clasificaron en segunda posición a 10.3 segundos de los vencedores.