El diario cántabro publica hoy una entrevista realizada al piloto Daniel Martínez, para la gran mayoría la revelación del 2011 en Cantabria.
A sus 23 años ha sido en este, su año de debut en los rallyes, segundo clasificado de la Challengue Hankook de Cantabria y campeón Junior, cuajando una gran actuación en el Rally de Madrid, que sin embargo fue condicionado por un problema mecánico sufrido el viernes.
-¿Dicen en las cunetas que es una de las promesas más firmes del automovilismo cántabro?
-Aunque digan que voy bien, aún no me creo nada. El año que viene a ver qué tal se me da.
-¿Qué balance hace de la temporada?
-En general, estoy bastante contento y satisfecho. Sin embargo, tuve muy mala suerte en el Rally de Madrid y eso me hizo terminar el año con un sabor agridulce.
-Sin embargo, su ritmo en Madrid fue superior al de sus rivales, ¿no?
-Tuve un problema con la varilla del cambio en el segundo tramo, en Navafría, pero antes había marcado el mejor tiempo en el Jarama. El percance me hizo perder 18 minutos en la clasificación. Aún así, conseguí marcar siete scratch en las diez especiales. Si hubiera ganado, el premio era un Suzuki Swift para correr la próxima temporada en el Nacional. Por eso, aún estoy disgustado. Es mucho dinero el que me podía haber ahorrado.
-A muchos les sorprendió que fuera tan rapido…
-Supongo. A Madrid fuimos los mejores clasificados de la Challenge Hankook de la zona centro, Asturias, País Vasco y Cantabria. Algo debieron notar cuando a pesar del problema mecánico conseguí en los siguientes siete tramos meterle más de un minuto al que ganó. Además todos eran pilotos mucho más experimentados que yo, que incluso habían participado ya en el Campeonato de España.
-¿Que pensó cuando notó que el cambio no funcionaba?
-Sin en lugar de poder seguir en carrera me tengo que retirar, seguramente hubiera colgado el casco para siempre.
-Entonces, ya ha conocido la cara mala de este deporte.
-Sí. Además he empezado correr esta temporada, con la crisis que hay para poder sacar un proyecto deportivo adelante.
-¿Cómo le dio por escoger un volante en lugar de un balón o una raqueta?
-Soy de La Penilla y allí hay mucha afición al motor. Desde pequeño ya llevaba el gusanillo dentro. Tenía un triciclo para bajar las cuestas y siempre soñé con ser piloto. Pero hasta este año no he tenido la oportunidad de dar el paso.
-¿Por qué se decantó por la Challenge Hankook?
-Consideré que era la mejor manera para iniciarme en los rallies. He corrido con un Citroën Saxo 1.6 de unos 160 caballos que he hecho prácticamente yo sólo en mi casa, menos alguna cosa que he tenido que encargar fuera.
-¿También es un ‘manitas’?
-No me queda otro remedio porque de otra forma sería imposible. No dispongo de mucho presupuesto.
-¿Qué balance hace de la temporada recién acabada?
-He disputado seis rallies en Cantabria, una subida y un rallysprint. Pero con lo que me quedo es que me he acostumbrado desde el principio a ir a las carreras con sólo tres pasadas de entrenamiento y eso es lo que me permitió ir tan rápido en el Rally de Madrid. Además, menos dinero gasto en gasolina.
-Dicen que es la mejor manera para aprender bien, ¿no?
-Eso es lo que me dijeron todos los ‘gallos’ de Cantabria, que si me acostumbraba a dar pocas pasadas de entrenamiento acabaría yendo muy rápido. He adquirido esa forma de preparar los rallies y, de momento, me va bien.
-¿Qué planes tiene para el futuro? -Hay dos posibilidades encima de la mesa. Por un lado, disputar la Copa Suzuki Swift con el modelo de este año, que está reservado a los pilotos que han disputado menos de tres pruebas del Nacional y yo sólo he disputado dos (Cantabria Infinita y Madrid). Por otro, podría comprar un Citroën C2 para correr en el Regional. Pero siendo sincero, lo que quiero es competir en el Campeonato de España en seis o siete carreras.