La suerte influye mucho en el mundo de la competición y cuando la tienes de cara y te hace librarte de los problemas de tus rivales, todo va mejor. Así se resume el Rally de Turquía, con victoria de Elfyn Evans y Scott Martin a bordo del Toyota Yaris WRC.
Todo parecía de cara para Hyundai Motorsport en una de las pruebas más complicadas de la temporada, pues si algo caracteriza a Turquía son sus enormes piedras a lo largo de las especiales, implicando que el coche tenga la mayor fiabilidad posible para no sufrir problemas en los duros tramos turcos. Con el doblete de Thierry Neuville-Nicolas Gilsoul y Sébastien Loeb-Daniel Elena tras la jornada del sábado, a pesar de que los nueve veces campeones del mundo tendrían que pelear duramente con Ogier-Ingrassia, todo cambió en el primer tramo del domingo, el más largo del día.
La primera pasada por Çetibeli dejó pinchazos para un montón de pilotos, entre ellos Esapekka Lappi, Kalle Rovanperä, Sébastien Loeb, Sébastien Ogier y Thierry Neuville, dando un tumbo giro inesperado en la clasificación general scratch con un superviviente Elfyn Evans, acompañado por Scott Martin, como líder de la prueba.
Resultado con el que llegó al final del rallye muy contento y feliz, pues con el abandono de Sébastien Ogier por problemas mecánicos en su Toyota Yaris WRC, el campeonato del mundo está de cara para el británico con 18 puntos de ventaja sobre el francés a falta de únicamente dos pruebas. Victoria importante para Toyota Gazoo Racing superando a los Hyundai de Thierry Neuville y Nicolas Gilsoul por 35.2 segundos en la general scratch, cerrando el pódium Loeb-Elena a 59.4 segundos.